Introducción
11 Jehová te pastoreará siempre, y en las sequías saciará tu alma, y dará vigor a tus huesos; y serás como huerto de riego, y como manantial de aguas, cuyas aguas nunca faltan.
12 Y los tuyos edificarán las ruinas antiguas; los cimientos de generación y generación levantarás, y serás llamado reparador de portillos, restaurador de calzadas para habitar.
¡Que tremenda palabra! ¡Que tremenda promesa para nuestras vidas!
Dios promete ser nuestro pastor, saciarnos, dar vigor a nuestros huesos, ser como un manantial de aguas donde las aguas nunca faltan.
Nuestras familias serán levantadas, nuestras generaciones serán restauradas y seremos como torre fuerte para nuestras futuras generaciones.
Cualquiera puede decir: ¡Quiero esto! ¡Lo recibo! ¡Es para mí!
Sin embargo, este pasaje es el producto de una fuerte reprensión de Dios para su pueblo.
Veamos tres asuntos antes de llenarnos de este pasaje.
Parte I. Un grito desde el cielo
Cuando leemos el pasaje de Isa 58 desde el versículo 1, parece que escuchamos un grito desde el cielo. Es una fuerte reprensión hacia su pueblo.
1 Clama a voz en cuello, no te detengas; alza tu voz como trompeta, y anuncia a mi pueblo su rebelión, y a la casa de Jacob su pecado.
¡Es la voz de Dios airado, enojado contra su pueblo!
2 Que me buscan cada día, y quieren saber mis caminos, como gente que hubiese hecho justicia, y que no hubiese dejado la ley de su Dios; me piden justos juicios, y quieren acercarse a Dios.
¿Cuál es el reclamo de Dios?
La gente buscaba a Dios, le pedían que interviniera en sus problemas, querían acercarse a él como si fuesen personas dignas de hacerlo.
En un tono irónico les dice: como gente que hubiese hecho justicia, y que no hubiese dejado la ley de su Dios.
La ira de Dios se había desatado debido a la hipocresía de su pueblo.
3¿Por qué, dicen, ayunamos, y no hiciste caso; humillamos nuestras almas, y no te diste por entendido?
Ellos se presentaban delante de Dios como personas muy espirituales, se atrevían a reclamarle a Dios que no había hecho caso a sus peticiones, que se había dado por entendido aún cuando habían ayunado y humillado sus almas.
Ante esto, Dios les responde duramente:
3b He aquí que en el día de vuestro ayuno buscáis vuestro propio gusto, y oprimís a todos vuestros trabajadores.
4 He aquí que para contiendas y debates ayunáis y para herir con el puño inicuamente;
Esta era la verdadera cara del pueblo. Su corazón no era verdaderamente honesto con Dios. Ellos pensaron que el ayunar movería el corazón de Dios, ante tal situación, Dios les dice:
No ayunéis como hoy, para que vuestra voz sea oída en lo alto.
¿Se da cuenta? En realidad Dios deseaba oírles desde lo alto. Pero su actitud era lo contrario a lo que Dios esperaba de ellos.
Dios de ninguna manera esta de acuerdo cuando nosotros actuamos de la misma manera que esta gente. Vea lo que escribió el sabio Salomón:
Prov 6.16-19
16 Seis cosas aborrece Jehová, y aun siete abomina su alma:
17 Los ojos altivos, la lengua mentirosa, las manos derramadoras de sangre inocente,
18 El corazón que maquina pensamientos inicuos, los pies presurosos para correr al mal,
19 El testigo falso que habla mentiras, y el que siembra discordia entre hermanos.
¡Dios no oirá nuestras peticiones cuando nuestro corazón no es sincero delante de él!
Dios veía desde el cielo la actitud hipócrita de su pueblo y les reclama:
5 ¿Es tal el ayuno que yo escogí, que de día aflija el hombre su alma, que incline su cabeza como junco, y haga cama de cilicio y de ceniza? ¿Llamaréis esto ayuno, y día agradable a Jehová?
En otra palabras, les estaba diciendo, de que sirve que dejes de comer, que hagas reverencia, que tu cama sea de cilicio y de ceniza, si tus acciones están llenas de maldad. ¿Era esto agradable a Dios?
Amados, nos sucede igual a nosotros el día de hoy.
Este es un tiempo diferente, ahora hay tecnología, autos, edificios, es posible que vivamos más cómodamente, pero algo no ha cambiado, ¡las exigencias de Dios son las mismas!
Parte II. ¿Qué era lo que pedía Dios?
6 ¿No es más bien el ayuno que yo escogí, desatar las ligaduras de impiedad, soltar las cargas de opresión, y dejar ir libres a los quebrantados, y que rompáis todo yugo?
7 ¿No es que partas tu pan con el hambriento, y a los pobres errantes albergues en casa; que cuando veas al desnudo, lo cubras, y no te escondas de tu hermano?
¿Qué era lo que Dios pedía?
¡Poner atención a los necesitados!
El profeta Isaías enumera una lista de lo que pedía de su pueblo:
Desatar las ligaduras de impiedad.
Soltar las cargas de opresión.
Liberar a los quebrantados.
Romper todo yugo
Dar pan al hambriento.
Dar albergue a los pobres.
Cubrir al desnudo.
No escondernos de los que tienen necesidad
¿Te das cuenta? Dios no ha cambiado, sus exigencias son las mismas. Si en algún tiempo de la historia humana hay necesidad, es ahora!!!!
¡Escucha la voz de Dios! Parece la voz del Dios airado diciendo: ¿Por qué te escondes de la necesidad?
Te quiero preguntar:
¿Cuántas personas trajiste en la campaña de la semana pasada?
¿A cuantas personas les has tendido la mano en estos días?
¿A cuantas personas has llevado a nuestros retiros espirituales para que sean liberados?
¿Has revisado el closet de tu casa para dar lo que te sobra a los pobres?
¿Te estas escondiendo de la necesidad de otros?
Si Cristo hubiera venido en esta época, ¿Dónde predicaría, quienes serían sus oyentes? ¡Los necesitados!
El Señor le dijo a los fariseos religiosos:
Luc 11.37-44
37 Luego que hubo hablado, le rogó un fariseo que comiese con él; y entrando Jesús en la casa, se sentó a la mesa.
38 El fariseo, cuando lo vio, se extrañó de que no se hubiese lavado antes de comer.
39 Pero el Señor le dijo: Ahora bien, vosotros los fariseos limpiáis lo de fuera del vaso y del plato, pero por dentro estáis llenos de rapacidad y de maldad.
40 Necios, ¿el que hizo lo de fuera, no hizo también lo de adentro?
41 Pero dad limosna de lo que tenéis, y entonces todo os será limpio.
42 Mas ¡ay de vosotros, fariseos! que diezmáis la menta, y la ruda, y toda hortaliza, y pasáis por alto la justicia y el amor de Dios. Esto os era necesario hacer, sin dejar aquello.
43 ¡Ay de vosotros, fariseos! que amáis las primeras sillas en las sinagogas, y las salutaciones en las plazas.
44 ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! que sois como sepulcros que no se ven, y los hombres que andan encima no lo saben.
¡Que reprensión!
Ellos dejaron dos cosas:
La Justicia.
El amor de Dios.
Jesús les llamó, sepulcros que no se ven donde las personas caminan encima de ellos sin saber que es un sepulcro.
¡Amado! Creo que tu deseo es ser un manantial de vida, quieres levantar a todas tus generaciones, pero antes, es necesario revisar tu vida, y comenzar a caminar en los principios y valores que Dios nos demanda.
Parte III. El inicio de un antes y un después
8 Entonces nacerá tu luz como el alba, y tu salvación se dejará ver pronto; e irá tu justicia delante de ti, y la gloria de Jehová será tu retaguardia.
9 Entonces invocarás, y te oirá Jehová; clamarás, y dirá él: Heme aquí. Si quitares de en medio de ti el yugo, el dedo amenazador, y el hablar vanidad;
10 y si dieres tu pan al hambriento, y saciares al alma afligida, en las tinieblas nacerá tu luz, y tu oscuridad será como el mediodía.
Dios marca una historia diferente, si haces esto, tendrás aquello.
¡Que promesas!
¡Lea estos versículos detenidamente!
¿Se da cuenta?
¡Esto es para nosotros!
Dios desea marcar nuestro futuro y sepultar nuestro pasado.
Un proverbio dice: El necio repite la historia de sus antepasados, el sabio marca la historia de sus generaciones para bien.
¿Cuál es el antes? Lo que Dios pide que quitemos:
El yugo.
El dedo amenazador.
El hablar vanidad.
¿Qué pide que hagamos?
Si dieres tu pan al hambriento.
Saciar al alma afligida.
¡Si lo hacemos, la promesa estará en nuestras manos!
Conclusión
Este es el punto final:
Isa 58.11-12
11 Jehová te pastoreará siempre, y en las sequías saciará tu alma, y dará vigor a tus huesos; y serás como huerto de riego, y como manantial de aguas, cuyas aguas nunca faltan.
12 Y los tuyos edificarán las ruinas antiguas; los cimientos de generación y generación levantarás, y serás llamado reparador de portillos, restaurador de calzadas para habitar.
¡Todo esto para nosotros!
Jehová te pastoreará siempre.
En las sequías saciará tu alma.
Dará vigor a tus huesos.
Serás como huerto de riego.
Manantial de aguas, cuyas aguas nunca faltan.
¡Esto para nuestras generaciones!
Y los tuyos edificarán las ruinas antiguas.
Los cimientos de generación y generación levantarás.
Serás llamado reparador de portillos, restaurador de calzadas para habitar.
¡Nuestra actitud de hoy, puede cambiar nuestro mañana!
Te invito a instalar la barra de herramientas del blog la cual incluye radio.
No hay comentarios :
Publicar un comentario
Deja tu comentario!!
Recuerda hacerlo de una manera respetuosa.....
Bendiciones